“Un tenista está en formación durante toda su carrera” – Nota Diario EL TIEMPO a Luis Delgado

07/02/2019 11:08 hs.
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LUIS DELGADO  

El entrenador tandilense encabeza el proyecto tenístico en Club de Remo, con una fuerte impronta en lo competitivo. “Para que las escuelas se sostengan tienen que estar todas las partes, porque si no los pibes no tienen dónde mirarse”, dijo Delgado en charla con EL TIEMPO, entrevista que compartió con los profesores Agustín Mancini y Facundo Vitale.

Remo tiene equipo. Delgado, detrás Mancini y Vitale y el plantel de tenistas que cada día trabaja en la entidad azuleña. NACHO CORREA

Por Silvio Randazzo.

“El concepto es siempre el mismo: trabajar. Si hacés eso, hay posibilidades de que te vaya bien; si no hacés eso, no tenés ninguna alternativa”. Quien habla, en un tono bajo y mesurado, mientras ocupa un lugar en la todavía despoblada confitería de Club de Remo, es Luis Delgado, entrenador y formador de tenistas y, queda claro, trabajador del tenis. El tandilense que empezó a jugar en Independiente de esa ciudad, que devino profesor desde muy joven, de formación universitaria y que supo ser sparring de Guillermo Pérez Roldán cuando éste ocupaba el sitial 13 en el ranking mundial, desde hace unos 5 años hace lo suyo (trabajar) en la entidad de avenida Pellegrini. Su vínculo con Azul no es nuevo, pero lleva el último lustro afianzándolo. Delgado pasó de entrenar a la italiana Francesca Schiavone, campeona de Roland Garros 2010, y al rumano Marius Copil a encarnar un proyecto abarcativo de tenis competitivo en Remo, un club que –dirá Delgado en el devenir de la charla con EL TIEMPO– tiene todo, pero le estaba faltando desarrollar la competitividad de sus tenistas desde pequeños. Para revertir ese escenario es que fue convocador por la dirigencia de la institución.

A la misma mesa de la confitería remera se sientan Agustín Mancini, joven profesor que acompaña a Luis desde hace unos años, y Facundo Vitale, el preparador físico azuleño que también trabaja con Delbonis, con lo cual el tridente que timonea el tenis en Remo tiene con qué.

Estamos en el promedio de la mañana, el sol busca activar su hornalla de fines de enero y el plantel de jugadores se va conformando en torno a los profesores. Sólo por esta vez, el trabajo puede esperar algunos minutos.

–¿Cómo fuiste insertando tu idea de trabajo formativo dentro del cúmulo de expectativas que poseía Remo al respecto?

–LD: Estoy acá hace más de cinco años. Y la idea fue que, en principio, el club contara con el desarrollo de la actividad en todas las áreas. La competición estaba un poco…no había, o la había pero en un diferente nivel, y la idea fue que la actividad del tenis se desarrolle en todos los niveles y en todas las áreas.

–¿Preponderaba un desarrollo esencialmente recreativo quizá?

–Claro, estaba más recreativo. Dada la infraestructura que tenía y la capacidad y el potencial de desarrollo del club, lo que buscábamos era potenciar esa actividad para que se desarrolle en todas las áreas: menores, escuelita, iniciación, precompetición (que fue lo que se agregó) y competición.

–¿Previo a tu llegada a Remo, estabas aplicando ese diseño de formación en otra institución similar?

–No, no, yo estaba trabajando con jugadoras profesionales, y algunos jugadores también. Estaba afuera.

Cuando yo llegué, la idea de los directivos de Remo fue agregar a lo que ya había, que funcionaba muy bien, el desarrollo del aspecto competitivo. Eso tiene que estar. Para que las escuelas se sostengan tienen que estar todas las partes, porque si no los pibes no tienen dónde mirarse; llegado a cierto nivel, si no tenés la oferta en el lugar donde estás entrenando la vas a salir a buscar a otro lado.

Entonces, se generó la posibilidad de que la faz competitiva se desarrollo acá en el club, que la estructura es excelente. Se formó un equipo de trabajo, se unificó el criterio desde la escuelita hasta la competición. En ese momento se armó un grupo de precompetición, básicamente formado por chiquitos que destacaban en la escuela (entre 9 y 11 años) con chicos que son los que hoy deberían estar en competición. Empezamos con un chico de acá, Gonzalo Pereda, que fue el primero que estaba en competición, más dos chicos que venían desde Balcarce (y aún siguen estando acá): Bautista y Felipe Vilicich. O sea, en la primera pretemporada éramos tres, los chicos y yo.

–Claramente se estaban planteando objetivos a largo plazo, no siempre tan sencillos de sostener ante el exitismo del deporte.

–Lo sabíamos. Empezamos a trabajar con esa idea y todo creció, empezaron a acercarse chicos de la zona: Olavarría, Tandil, Tapalqué, Pehuajó, Tres Arroyos, Ayacucho, Juárez.

–¿Esa llegada de chicos de afuera cómo se trabaja? ¿Qué hacer para que ellos sientan el atractivo de venir a formarse a Remo?

–Normalmente no llamo jugadores, no considero ético ir a buscar a un jugador que está trabajando en otro lado. Nosotros ponemos la estructura y quien quiera venir a trabajar en esa estructura, que venga. Después, el boca a boca de los chicos se corre, esa es la única publicidad que hemos hecho. Quizá hubo un error en no dar a conocer más y mejor lo que acá se hacía. Pero hemos llegado a hacer pretemporada con más de veinte jugadores. De tres que arrancamos…muy bien.

–El incremento de esa cifra es, en buena medida, el indicador fuerte del trabajo que han venido plasmando como equipo.

–No sé, puede ser. La propuesta nuestra es siempre la misma: hacer lo que sabemos y trabajar. Para mí es muy claro que si vos hacés todo bien y trabajás bien, podés llegar a tener alguna posibilidad de que te vaya bien. No te lo garantiza. Pero si no hacés las cosas bien, no te va bien, seguro. Eso te lo puedo firmar.

Toda la vida hicimos lo mismo y sabemos que no queda otra que trabajar. Los cambios que vas agregando son cambios de conocimientos, particulares de crecimiento de los pibes; hay chicos que están en una etapa y deben trabajar de una manera y otros que están en otra, y el trabajo es diferente. Pero el concepto es siempre el mismo: trabajar. Si hacés eso, hay posibilidades de que te vaya bien; si no hacés eso, no tenés ninguna alternativa. No es demasiado el misterio. El sistema de trabajo que aplicamos acá es un sistema que aprendí de chico, lo comprobé en muchos lugares del mundo. A los que les va bien, trabajan de una determinada manera. Y es lo que hacemos.

Mancini: “Manejamos la misma idea”    

–Agustín, ¿cómo te acoplas a la materialidad del trabajo propuesto por Luis? ¿Qué te atrajo de esa filosofía de trabajo que propuso en su momento y que sostiene?

–Llego a Remo un poco más tarde, con la estructura armada; ya estaban trabajando Luis y Facu y había algunos chicos en competición. Llegué hace unos tres años y medio, por llamado de Luis.

Conociéndolo a Luis hace mucho tiempo, siempre manejamos la misma idea de trabajo, o muy parecida.

–¿O sea que sabías bien qué pretendía Luis de tu trabajo?

–Sí, sí, era así. Ya me conocía y la filosofía de trabajo era la misma, manejábamos la misma metodología, muy parecidas, y los mismos fundamentos. Y lo que dijo él: venir y trabajar. Ya sabía yo que el acoplamiento iba a ser muy bueno.

–Desde que este proceso comenzó, ¿hubo aspectos básicos en la formación de un tenista que debieron ser reconsiderados?

–Por ahí es como dijo Luis, vas agregando conocimientos nuevos y metodologías más modernas.

–¿Tiene que ver con tu inquietud en la formación o te lo reclama el deporte?

–Te lo reclama el tenis. Pero ojo, no hay que desterrar lo viejo. Es un conjunto. Hay cosas que se trabajaban hace mucho tiempo que se deben trabajar y está muy bueno sostenerlas, y hay conocimientos nuevos que también te aportan mucho al laburo. Es un mix.

–Tratándose de etapas formativas, donde aún lo lúdico ocupa un lugar relevante y, entiendo, necesario, ¿de qué manera se acompaña -en los y las menores- la asimilación de la noción de competencia?

–LD: Es todo un tema ése. Yo creo que un tenista está en formación durante toda su carrera. Y toda su carrera está en constante transformación y búsqueda de la excelencia. Si eso no ocurre así, el jugador llega muy rápido al techo y decae. El hecho de mantenerse con un mismo nivel, decae con respecto al nivel general que viene pasando. Tuve la oportunidad de verlos personalmente a los jugadores, a los top, top y todos los días estaban buscando algo nuevo. Vos los veías mejorar con el correr de las semanas, veías cómo iban creciendo y agregando cosas. Por lo menos los que entendemos (hay gente que por ahí no lo llega a determinar).

Y lo lúdico…me parece muy bueno que los chicos que se diviertan, que el deporte sea diversión. Pero el tenis es un juego que, de última, van dos a la cancha y juegan a ganar el partido; no creo que el problema sea competir, sino cómo se asimila el resultado. Veo que perder, en algunos lugares, es tomado como si fuera una tragedia griega, ¡y es apenas perder un partido! Mañana jugás otro y dentro de un rato jugás otro. A mí no me preocupa tanto competir; sí me preocupa cómo la gente toma los resultados. El resultado es, en un punto, anecdótico. Jugás y podés ganar o perder, como en el truco. La diversión es jugar. La situación real, jugar un partido, es lo que te da la viveza, es la situación que te permite aplicar todo lo que aprendiste. Es donde más se aprende. La dificultad de los chicos es cuando les falta partidos y no tienen claro cómo aplicar las herramientas que te da el entrenamiento, la formación.

Vitale: “El trabajo en equipo hace la diferencia”     

–Facundo, ¿hasta dónde tu propuesta de laburo físico tiene la “identidad Vitale”, y hasta dónde debe responder a un proyecto colectivo, con Luis como cabeza?

–Siempre trabajamos en una misma línea. Tratamos de respetar algunos lineamientos generales que tiene el trabajo que organizan los entrenadores y me adapto a eso, y en otras cuestiones hay particularidades, como puede ser la elección del método o de los ejercicios. Pero siempre trabajamos en equipo. Entendemos que el trabajo en equipo hace la diferencia y que no es una suma de individualidades al frente de los chicos. Si Luis hace alguna indicación acerca de algún jugador, ahí estamos todos tratando de que esté más coordinado, de que mueva los pies más rápido, de que sea más intenso.

Después, dentro de la general, los chicos trabajan, los cuatro días que están en Azul, doble turno de físico, con un estímulo de gimnasio y otro en campo. Y luego hay salvedades de acuerdo a la etapa del año; no es lo mismo, claramente, la pretemporada que el período competitivo. Ahora estamos haciendo la pretemporada y los chicos están cuatro horas en cancha y dos horas con físico, de lunes a viernes hasta fin de febrero.

–Al no ser el tenis un deporte de roce físico, de proximidad física durante el desarrollo, ¿qué tan diferente es la identidad de la preparación respecto a otros deportes que sí son de roce?

–¡Sí! Es otro mundo, nada que ver. El entrenamiento tiene aspectos que son generales entre los deportes, independiente del deporte. Pero luego están aquellos períodos de entrenamientos que son específicos y vos entrenás aquellas cuestiones que suceden en cancha.  Te doy un ejemplo práctico: en el fútbol se corre el 97% para adelante y en el tenis se corre el 97% para los costados. Entonces, no podés preparar un tenista para correr solamente para adelante, porque el tenis implica otras coordinaciones y otras formas de moverse que necesitan de adaptaciones específicas de este deporte, no de otro. Siempre es así. El modo de hacer fuerza para frenar no es lo mismo para el tenis, para el fútbol o para el rugby, son totalmente distintas.

–LD: Quiero remarcar esto que dijo Facu. Siempre hemos trabajado en equipo y nuestro diálogo en ese trabajo siempre ha sido fluido. Es muy raro que se nos escapen cosas. El hecho de cuando vienen Gustavo y Federico (NdR: Tavernini y Delbonis), que nos ayudan. Los chicos van como sparring de Fede, Gustavo nos aconseja, nos ayuda mucho, nos deja pelotas. Son cosas muy importantes para trabajar en un equipo que incluye a los directivos también, es un equipo grande que incluye a todos, desde profes hasta directivos: Esteban Leiva, Nacho Poblet, Ana Brescia, que es la coordinadora del tenis en el club. Si no se darían estas condiciones, sería muy difícil que un proyecto así se pudiera sostener. Es la única manera que hay.

Lo importante es (lo dije cuando llegué y lo sostengo) que los espacios se sostengan, que los espacios donde se ofrezca tenis de competición se sostengan. Después, irá la gente que quiera ir, pero cuando el espacio está vos tenés la posibilidad. Pero si el espacio no está, ahí tenés que irte de Azul y entonces van a saber que el tenis es caro (se ríe).

–¿En qué medida este proyecto se nutre de tenistas azuleños?

–Pasa que hoy la región está muy comprometida, porque el caudal de chicos bajó un montón y las actividades de las escuelas cayeron estruendosamente. Los espacios de competición, en la mayoría de los lugares no se han sostenido. Entonces, sucede que incluso es difícil captar chicos de la zona porque no hay chicos que captar, como había cuando yo llegué acá. El grueso de los chicos acá siempre fue de afuera. De hecho, hoy tenemos cuatro azuleños entrenando con nosotros. Cuatro sobre doce chicos, esa es la proporción.

Luis Delgado: “Lo importante es que los espacios donde se ofrezca tenis de competición se sostengan”. NACHO CORREA

 

 

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